Sábado por la tarde. Estoy esperando que llegue el tranvía dirección Sant Adrià del Besòs. Hay mucho gentío. Me pregunto si todos ellos y ellas se dirigen a la Feria de Abril. Como mi curiosidad puede más que nada en el mundo, me hago la sueca y le pregunto a dos parejas:
- Perdonen, ¿Para ir hacia la Feria debo ir en esta dirección?
- Si, te lleva justo delante.
- Vale, gracias. ¿Ustedes se dirigen hacía allí?
- Sí, sí allí vamos.
- Muy bien, gracias ¡eh!
- De nada mujer.
Ahora ya sé que somos cinco los que nos dirigimos hacia el Forum, el resto de gente que se sube lo comprobaré más tarde.
El trayecto se hace un poco lento, estoy de pie. Eso quizás me ayuda a observar mejor la gente que va subida en el tranvía. Vuelvo a preguntarme: ¿Todos ellos irán a la Feria de Abril? Oigo hablar el castellano, el catalán, el magrebí....
- Perdonen, ¿Para ir hacia la Feria debo ir en esta dirección?
- Si, te lleva justo delante.
- Vale, gracias. ¿Ustedes se dirigen hacía allí?
- Sí, sí allí vamos.
- Muy bien, gracias ¡eh!
- De nada mujer.
Ahora ya sé que somos cinco los que nos dirigimos hacia el Forum, el resto de gente que se sube lo comprobaré más tarde.
El trayecto se hace un poco lento, estoy de pie. Eso quizás me ayuda a observar mejor la gente que va subida en el tranvía. Vuelvo a preguntarme: ¿Todos ellos irán a la Feria de Abril? Oigo hablar el castellano, el catalán, el magrebí....
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“Próxima parada: Forum”. Entre empujones puedo salir de allí. No veo más que coches, gente para arriba y para abajo, aquello es un caos. La primera impresión que me llevo es que esta feria mueve masas. Sigo el paso de la gente, me introduzco entre ellos, como si de un rebaño de ovejas se tratará. Mi primera parada es enfrente la puerta principal del recinto.
- Por lo menos debe haber unas mil luces o más ahí!
Que razón tiene un muchacho que pasa muy cerca de mí. Y no solo es la puerta gigantesca, sino que justo al lado hay un parque de atracciones montado, con una noria grandiosa, de las más espectaculares que he visto en mi vida, ¡Qué gastazo!
Por un momento recuerdo la vez que visité la Feria con mis padres, tenía unos 11 años. En aquellos tiempos aun no existían las infraestructuras que se pueden percibir actualmente, aun no había llegado el momento de crear el Forum de las culturas que años más tarde analicé y comprobé que fue en parte un gran negocio para la ciudad Condal.
La realidad se ve distinta con esa edad. Mis raíces en parte son andaluzas y creía que por ese motivo mi familia y yo iríamos a pasar el día allí. Mis amigos con raíces catalanas no iban, por eso pensaba que eso solo era cosa de andaluces e hijos de andaluces, además en ocasiones se mofaban. Yo no paraba de insistir que me montarán en los autos de choque y que me compraran chuches. Recuerdo que nos sentamos en una mesa de una de las cincuenta casetas que había allí. Unas tapitas, vino para mis padres y amigos y un refresco para mí o lo que es lo mismo unas cinco mil pesetas. ¡Que dineral! Pienso ahora.
Y aquí estoy yo, frente la entrada del inmenso recinto, a pocos metros de la Feria de Abril de Cataluña. Más de ciento cinco mil metros cuadrados de superficie. El Real (donde se encuentran las casetas de las entidades, zonas de restauración y espacios comerciales, con sus correspondientes viales) suponen unos ochenta cinco mil metros cuadrados, los restantes treinta mil son los que se destinan a la que se denomina “Calle del Infierno” donde están ubicadas las atracciones feriales.
Sin más dilaciones emprendo mi camino hacia el bullicio. El ambiente es distinto al que yo recordaba. Como en el tranvía, oigo hablar distintos idiomas, veo pasear y vender en puestos a gente de otras nacionalidades, etnias y razas. El ambiente está cargado, huele a churro y pescaito frito. Mi cabeza se vuelve loca, luces, música, bailes, ¡esto es una gran fiesta!
Que razón tiene un muchacho que pasa muy cerca de mí. Y no solo es la puerta gigantesca, sino que justo al lado hay un parque de atracciones montado, con una noria grandiosa, de las más espectaculares que he visto en mi vida, ¡Qué gastazo!
Por un momento recuerdo la vez que visité la Feria con mis padres, tenía unos 11 años. En aquellos tiempos aun no existían las infraestructuras que se pueden percibir actualmente, aun no había llegado el momento de crear el Forum de las culturas que años más tarde analicé y comprobé que fue en parte un gran negocio para la ciudad Condal.
La realidad se ve distinta con esa edad. Mis raíces en parte son andaluzas y creía que por ese motivo mi familia y yo iríamos a pasar el día allí. Mis amigos con raíces catalanas no iban, por eso pensaba que eso solo era cosa de andaluces e hijos de andaluces, además en ocasiones se mofaban. Yo no paraba de insistir que me montarán en los autos de choque y que me compraran chuches. Recuerdo que nos sentamos en una mesa de una de las cincuenta casetas que había allí. Unas tapitas, vino para mis padres y amigos y un refresco para mí o lo que es lo mismo unas cinco mil pesetas. ¡Que dineral! Pienso ahora.
Y aquí estoy yo, frente la entrada del inmenso recinto, a pocos metros de la Feria de Abril de Cataluña. Más de ciento cinco mil metros cuadrados de superficie. El Real (donde se encuentran las casetas de las entidades, zonas de restauración y espacios comerciales, con sus correspondientes viales) suponen unos ochenta cinco mil metros cuadrados, los restantes treinta mil son los que se destinan a la que se denomina “Calle del Infierno” donde están ubicadas las atracciones feriales.
Sin más dilaciones emprendo mi camino hacia el bullicio. El ambiente es distinto al que yo recordaba. Como en el tranvía, oigo hablar distintos idiomas, veo pasear y vender en puestos a gente de otras nacionalidades, etnias y razas. El ambiente está cargado, huele a churro y pescaito frito. Mi cabeza se vuelve loca, luces, música, bailes, ¡esto es una gran fiesta!
Como siempre la entrada a las casetas es libre y gratuita. Los visitantes tienen la oportunidad de contemplar las actuaciones de los grupos artísticos que se suceden en cada entidad, así como los espectáculos de la caseta de la Fecac. Los precios de las bebidas en las casetas están unificados. No así las comidas, porque cambian en función de calidades y cantidades. Tanto las casetas de entidades como los demás establecimientos de restauración están obligados a mostrar mediante carteles las tarifas de todos sus productos.
La Casa de Andalucía de Cerdanyola, Centro Cultural Colonia Egrabense, Asociación de Entidades Latinoamericanas... Vuelvo a mirar ¿Asociación de Entidades Latinoamericanas? Recuerdo a ver leído alguna información sobre la existencia de otras entidades no andaluzas que participaban en la Feria. Pero, ¿Por qué? ¿No es una feria andaluza? o, ¿Es una feria catalana? Algo raro, ¿qué sentido tiene una caseta latinoamericana, magrebí o catalana? Empiezo a darle vueltas, y no porque crea que no tengan cabida, al contrario, todo el mundo tiene derecho de montar fiesta y pasarlo bien, pero la verdad es que desentona un poco. Creo que algo oculta esta feria, me empiezo a plantear si toda esta parafernalia no es solo más que un negocio como otros tantos, aunque en todo momento nos vendan la moto diciendo que la entrada a las casetas es libre y gratuita.
Atrás dejo la Calle del Infierno y la Asociación de entidades latinoamericanas, que justo se encuentran al principio. Después de caminar por un largo paseo lleno de casetas donde ofrecen comidas de todas clases, llego al centro neurálgico de la Feria: La caseta de la FECAC. ¡Grandiosa, increíble! La verdad es que una no se puede esperar menos. Faltan pocos minutos para las 11:00 de la noche y una docena de técnicos crean un nuevo clímax para recibir a Antonio Alemania. Mi fiel compañera, mi grabadora y yo nos dirigimos hacia un lado del escenario. Allí, después de la presentación me atenderá un responsable de la FECAC, o eso es lo que me han dicho. Y allí estoy yo, metida en una de esos módulos blanco lejía, con Antonio Calderón.
- Antes de todo, aquí un regalito para ti.
- Gracias.
El CD de la trigésima séptima edición de la Feria de Abril en Cataluña.
- La feria de Abril es un escaparate de mucha gente que está empezando y que están to’ el año estudiando y preparando sus temas pa’ presentarlo en la Feria.
Le pregunto si existen diferencias entre la Feria de Sevilla con la de Cataluña.
- En primer lugar, la Feria de Sevilla es una fiesta privada, es decir, son casetas privadas. Casetas donde si tu tienes a tus amigos sí, pero si no, tu habitualmente no puedes entrar. En la feria de Cataluña tu puedes ir a la caseta que te venga en gana.
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